viernes, 3 de mayo de 2013

Apuntes sobre la psicomotricidad y la intervención psicomotriz


La psicomotricidad

Toda acción del ser humano es una acción psicomotriz, ya que en ella se intrincan complejos factores anatómicos, psicológicos, cognitivos y sociales que determinan en cada persona una expresividad motriz particular.

La Psicomotricidad es la disciplina que estudia al ser humano desde esa articulación, intentando comprender el significado de lo que el cuerpo y el movimiento expresan en señales que serán interpretadas como indicadoras de salud o dificultades que se presentan en el desarrollo.

La psicomotricidad define sus objetivos en función de desarrollar o restablecer las capacidades de cada persona, mediante un abordaje corporal.

Pretende llegar a las diferentes aptitudes y potencialidades del ser humano en su desarrollo afectivo-social, motor, comunicativo y cognitivo.

Entonces la Psicomotricidad (infantil) se ocupa del desarrollo psicomotor del bebé, del niño/a y del adolescente.


El desarrollo psicomotor

Es el proceso continuo mediante el cual el niño adquiere habilidades gradualmente más complejas que le permiten interactuar cada vez más con la personas, los objetos y los sistemas de su medio ambiente, abarcando las funciones de la inteligencia y la afectividad por medio de las cuales el niño entiende y organiza su medio, incluyendo también la capacidad de entender y hablar su idioma, la de movilizarse y manipular objetos, la de relacionarse con los demás y el modo de sentir y expresar sus emociones. Forma la base desde la cual el niño accede al sistema escolar y de manera más amplia a todos los procesos de integración social. (Lucille Atkins y col. - 1987)

El desarrollo psicomotor transcurre en el contexto de los vínculos e interacciones del niño con su familia y el entorno.

En la entrevista con los padres (o cuidadores a cargo) se busca indagar acerca del desarrollo del niño desde la etapa intrauterina.

Para recabar datos significativos acerca de su desarrollo, primeras adquisiciones, antecedentes personales y familiares, relación (ambiente) familiar de convivencia, etc.


El abordaje psicomotriz

Es importante observar empáticamente y poner el cuerpo al servicio del despliegue del juego que se desarrolle, escuchar, contener, provocar, establecer reglas.

1. A través de la observación de cada uno de los aspectos del desarrollo por separado pero inseparables de la unidad que conforman, permitirse la comprensión global de la persona, de su expresividad motriz.

Como nos indica la Psicología Evolutiva, en el niño las estructuras que conforman su personalidad se presentan íntimamente unidas, de manera que cuando realiza cualquier acción, lo sensorio-motriz, lo emocional y lo cognitivo actúan unidos. Dicho con otras palabras, es el único ser en el que la estructura motriz, la afectiva y la cognitiva se encuentran perfectamente imbricadas, funcionando como un todo esencialmente hasta los siete u ocho años, edades en las que se produce el paso del pensamiento pre-operatorio al pensamiento operatorio.

2. Favorecer el despliegue del desarrollo (de su expresividad) en un espacio de juego, lo cual permite al sujeto accionar con su cuerpo, experimentar con el movimiento.

El movimiento en el niño, está ligado al progreso de sus nociones y capacidades fundamentales, y, cuando estas pasan bajo el control dominante de la inteligencia, el movimiento queda implícito en los modos con que se exterioriza y prodiga la actividad psíquica.

Todo el desarrollo cognitivo se hace debido a la interacción del sujeto y el medio, por tanto una situación de aprendizaje es tanto mas fructífera cuanto mas activo es el sujeto. Activo en el sentido de la posibilidad de manipular, e intentar modificar el objeto de aprendizaje.

Por esta razón el juego y el movimiento son medios naturales de aprendizaje para el niño puesto que la manipulación se realiza en general con mayor libertad, el niño se anima más a cometer errores en el juego que en el aprendizaje formal.

El niño jugando modifica la realidad, pero este juego a su vez lo modifica a él. Análogo proceso se produce en el aprendizaje.

El juego se produce en un espacio favorecedor de funciones como el pensamiento y la simbolización.

Es frecuente que debido a las emergencias y al ritmo de vida, al tiempo de compartir, que generalmente es acotado, a los que están sometidas las familias, generen poco espacio para vivenciar el placer, por lo que vemos con frecuencia que tampoco se producen espacios lúdicos en el hogar; niños que juegan poco o no juegan.

El juego es en la infancia una necesidad esencial ya que le permite explorar, conocerse y conocer su entorno cercano, conocer los objetos y a las personas, cómo funciona cada objeto de intrés, le permite crear, imaginar, elaborar conflictos, descargar energía, canalizar agresividad, etc. El juego es su actividad más espontánea.


El juego es una herramienta, un soporte para el psicomotricista

Reconociendo la relación del niño con un otro, permitiendo que el psicomotricista pase a conformarse un actor de su desarrollo, al aceptarlo y compartir sus juegos.

El Psicomotricista utilizará el juego como instrumento de abordaje. Partirá del juego como espacio donde vivenciar el placer por descubrir, a partir del movimiento, la infinidad de sensaciones y percepciones que permitan conocer el mundo que rodea al niño. Asimismo favorecerá el desarrollo de su vida imaginaria, eslabón fundamental en la construcción del pensamiento del niño.

La intervención del psicomotricista se va dando por un sistema de actitudes y tecnicidad que se despliegan en un encuadre específico que se mantiene constante en función de los objetivos de trabajo y del rol del psicomotricista con sus características particulares.


Dentro de la sala de psicomotricidad la práctica se encuadra por:

El espacio de la sala, entendiendo por ello sus dimensiones y la disposición de los diferentes espacios organizados.

Los elementos que forman parte del espacio físico, tanto elementos fijos o móviles (espaldar, escalera, cuerdas, placares, prismas, espejo) que ayudan a delimitar y organizar el encuadre. El material no figurativo (no inductor de juegos preestablecidos) presentado en diversidad y cantidad; y sobre todo en los espacios terapéuticos, también material figurativo: muñecos, instrumentos musicales, títeres, etc), el cual los niños también esperan encontrar en la propuesta de la Sala.

El Psicomotricista genera el encuadre de la práctica desde su presencia constante, desde el respeto y cumplimiento con el día y la hora de encuentro; desde su disponibilidad corporal, desde su actitud postural, desde su participación en las diferentes propuestas que surgen en la sesión, etc. La implicancia del Psicomotricista desde su actitud y tecnicidad es el componente esencial de un encuadre seguro en la practica psicomotriz.


La participación y compromiso de los padres en el tratamiento es fundamental para cada intervención.
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magela s.c.